[/caption]
La presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, cumple mañana la mitad de su mandato, luego de dos años gastados en vanos intentos por remendar las fisuras fiscales del país, con la popularidad por los suelos y una extensa lista de promesas electorales incumplidas.
«Definitivamente son dos años perdidos. Y uno podría decir peor: son dos años de retroceso en el manejo de la cosa pública y de pérdida de credibilidad de la ciudadanía hacia la clase política», dijo el politólogo Víctor Ramírez.
Según una encuesta de la firma Unimer, sólo el 17% de la población califica como «buena» o «muy buena» la gestión de la mandataria, contra un 44% que la califica de «mala» o «muy mala».
Un largo y fallido combate del gobierno para subir los impuestos exigió «un exceso de atención en los últimos 8 meses, se invirtió un gran capital político e implicó un desgaste muy grande, al punto de que muchos costarricenses consideran que la situación económica no está tan bien como (en realidad) está», opina el ministro de Comunicación, Francisco Chacón.]]>